Finlandia es uno de esos países europeos que nos han regalado y nos siguen regalando grandes nombres en la historia del Heavy Metal, y en esta cita se han juntado unos viejos conocidos con unos chicos que ya saben de que va esto y que demuestran día a día que tienen muchísimas ganas de comerse el mundo. Así que Barcelona se vistió de gala para recibirles en las mejores condiciones posibles y celebrar junto a ellos una gran noche. Y así fue.
Los primeros en saltar a escena fueron BEAST IN BLACK, una banda que con apenas un disco en el mercado ya se ha ganado una posición destacada en la escena y que tiene vida propia mucho más allá de las cenizas de BATTLE BEAST. Anton Kabanen dio con la tecla adecuada con el fichaje del vocalista Yannis Papadopoulos, quien se dio a conocer en youtube, reuniendo una formación que brilla especialmente en directo gracias a unos shows tan eléctricos como divertidos.
Dieron buena muestra de su «Berserker» con un inicio arrollador al ritmo de «Beast in Black», a la que le siguieron temas como la melódica «Born Again», la bailonga «Crazy, Mad, Insane» al más puro estilo ABBA en versión metálica, o finalizando su actuación con «End of the World». Una banda perfectamente compenetrada sobre el escenario que disfruta y hace disfrutar a la que tan solo les faltó deleitarnos con «Sweet True Lies», su nueva canción que formará parte de su próximo trabajo, «From Hell With Love», que verá la luz el ya cercano año que viene.
Hacía ya tres años que no disfrutábamos de NIGHTWISH en la ciudad condal tras su paso por el ROCK FEST BARCELONA y toda una década desde que les tuvimos de gira propia, y eso se notaba en el ambiente. A todo esto hay que sumar alicientes como la poderosa voz de una ya afianzada Floor Jansen y un setlist que repasaba sus más de dos décadas de actividad discográfica, con algunos aciertos y otras más discutibles novedades. Pero vayamos por partes.
Un setlist que picotea en (casi) todas sus obras desde «Angels Fall First» hasta su más reciente «Endless Forms Most Beautiful» tiene mucho donde elegir, y tras una introducción instrumental de «Swanheart» a cargo del multi-instrumentista Troy Donockley, comenzaron por todo lo alto con dos de sus múltiples himnos, «Dark Chest of Wonders» y «Wish I Had an Angel», ambos de su celebrado «Once», que convirtieron un Sant Jordi Club con una más que notable entrada en toda una fiesta de metal sinfónico.
Aquello no nos dejaba prácticamente ni un segundo de respiro y se alternaban temas que funcionaban mejor con unos que obtenían una respuesta más moderada, incluyendo canciones como «10th Man Down», «Come Cover Me», «Gethsemane», «Élan», «Sacrament of Wilderness» o «Dead Boy’s Poem», con Jansen derrochando una imponente voz y una puesta en escena quizás más sobria, siempre perfectamente acompañada por el bajo del inimitable Marco Hietala y su potente registro vocal, siempre bajo la atenta mirada del líder en la sombra, Tuomas Holopainen escondido tras su omnipresente teclado.
«Elvenjing» sería la siguiente en sonar, aunque no tardarían en acompañarle una lista de temas que se veía ampliada con la incursión de «Elvenpath», «I Want My Tears Back» que hizo bailar y saltar al respetable, «Last Ride of the Day» en la que nos subimos en la vertiginosa montaña rusa que se podía ver en la enorme pantalla que dominaba el escenario o una «The Carpenter» que supuso un pequeño respiro y quizás uno de los momentos menos brillantes de la noche. Han apostado fuerte por un setlist especial y muy diferente del habitual y eso puede provocar ciertos altibajos.
Quedaba noche por delante y «The Kinslayer» fue el perfecto preludio para una potente «Devil & the Deep Dark Ocean» en la que brillaron la eléctrica guitarra del pequeño gran Emppu Vuorinen y la veloz batería de Kai Hahto, entre efectos de pirotecnia y un fuego que no paraba de emerger des del escenario, firmando un espectáculo visual del más alto nivel. No podía faltar «Nemo» o la agresiva «Slaying the Dreamer» antes de dar paso a dos composiciones de lo más extensas como «The Greatest Show on Earth» y «Ghost Love Score» que, en términos generales, dejó más que satisfechos a sus seguidores más fieles aunque pudiera sorprender a los más novatos del lugar.
Es innegable que después de tantos años en la carretera una banda como NIGHTWISH apueste tan fuerte por un show de dos horas repletos de temas poco o nada habituales en sus repertorios, grandes rescatados o un buen puñado de sus mayores éxito, pero se echaron en falta muchos de estos últimos y, puestos a repasar su discografía, resulta difícil entender como ha podido caer en el olvido un disco como «Dark Passion Play». No siempre llueve a gustos de todos pero no cabe duda de que fue una gran noche para el Heavy Metal en Barcelona.
Texto y fotos: Lluís «DiMu» García / Agnès García
Fecha y lugar: 1 de Diciembre, Sant Jordi Club, Barcelona
Promotora: RockNRock